The Black Cauldron es una aventura gráfica de corte fantástico basada en la película Disney del mismo nombre. Ambos productos se inspiraron en la popular serie de libros infantiles Crónicas de Prydain, de Lloyd Alexander.
En esta versión de la historia juegas como Taran, un joven muchacho inmerso en una heroica búsqueda para rescatar a tu amado HenWen (el cerdo mágico) del malvado Rey Cornudo. También necesitas encontrar la Marmita Negra y destruirla, consiguiendo así parar la conquista de tu tierra por parte del Rey Cornudo. Los gráficos y sonidos son similares a los de la serie King’s Quest de finales de los años ochenta del siglo pasado (y son igual de primitivos), lo que no sorprenderá a nadie, ya que tanto los de King’s Quest como los de The Black Cauldron fueron diseñados por Roberta Williams de Sierra. Al Lowe, famoso por Leisure Suit Larry también echó una mano en el diseño y la programación del juego; sin embargo The Black Cauldron no tiene nada que ver con los juegos de Larry.
Si deseas saltarte la introducción pulsa espacio. El manejo del inventario y el interfaz de este juego es algo molesto, incluso aunque un archivo “readme.txt” cubre esta cuestión.
Iré sobre los aspectos más truculentos. El archivo “readme” te dice que pulsando la tecla Tab abres el inventario. Esto abre una lista de objetos muy simplista (dependiendo de lo que estés llevando), pero no puedes interactuar con ellos. Pulsando F3 abres otra versión de este primitivo interfaz que te pide pulsar Enter para seleccionar algo. Usas los cursores para moverte por el inventario y pulsando Enter pasas a llevar ese objeto en la mano. La primera vez que triunfalmente pulsé Enter (después de muchos intentos fallidos para obtener un objeto del inventario) la pantalla se congeló, así que tuve que saludar a un viejo amigo: Ctrl-Alt-Del.
En el interludio, Taran estaba continuamente muriendo de sed porque no podía conseguir agua de la cantimplora que llevaba. El primer puzzle es llenar la cantimplora. Primero debes seleccionar la cantimplora pulsando F3 y señalando la cantimplora. Entonces Taran debe permanecer cerca de un contenedor de agua (o río o lago) de tal forma que pueda llenarla, lo que hace automáticamente cuando pulsas F4 (que es el atajo para usar el objeto que llevas). Aunque Taran entonces tiene agua en su cantimplora, aún tenía que convencerlo de que bebiera. Pulsé varias veces F4 con la esperanza de que el personaje bebiera de su cantimplora, pero Taran no tenía nada. Pulsé entonces F3 y en el inventario descubrí que “agua” era ahora un objeto separado. Dejo de tu parte imaginar qué era lo siguiente que había que hacer.
Una parte molesta del desarrollo del juego es que cada pocas pantallas recibes un mensaje en el que te informan de que Taran tiene hambre o sed, con lo que si no se satisfacen estas necesidades muere rápidamente. El constante llenado de agua, bebido y comido se hace repetitivo y te distrae, pero una vez que Taran es inicialmente refrescado y HenWen el cerdo es alimentado, puedes finalmente embarcarte en la aventura de tu vida. Por primera vez en tu corta vida dejas la seguridad de la granja y partes en busca de HenWen (que ha sido secuestrado por una gran criatura con aspecto de ave) y para tirar abajo los malvados planes del Rey Cornudo.
Éste es un juego divertido situado en un colorido bosque y un mortal pantano con una historia y un desarrollo de juego que se hacen más interesantes a la vez que vas avanzando en el juego. Los puzzles no son frustrantes o difíciles, y una vez que has entendido la lógica del juego y el interfaz progresas con fluidez. Las acciones llevadas a cabo en el juego no siempre coinciden con las de la película. El final puede variar dependiendo de las decisiones que tomes por el camino, así que este juego permite ser jugado varias veces.
A pesar de sus gráficos y sonidos simples, el desarrollo del juego te engancha, y la historia te cautiva, con lo que considerando todas estas cosas deberías tener horas de entretenimiento jugando The Black Cauldron. Le doy una puntuación de tres.
Nota técnica:
Para más información sobre el juego dada por uno de sus creadores, Al Lowe, pulsa aquí.