UMS II: Nations at War, es la secuela del juego de Railbird, UMS (Ultimate Military Simulator o Simulador Militar Fundamental), que data de 1988. Y sólo deberás considerarlo si te ha gustado el primero. Al que no se le ha agregado nada bueno, pero veamos que ha cambiado del viejo UMS en este juego ega/cga diseñado para plataformas Artari ST y Commodore.
Para empezar, la jugabilidad continua igual, la fase de comandos para dar las órdenes a las tropas y la fase de batalla donde éstas son ejecutadas por turnos. La interfase sigue siendo básica y el fondo blanco la hace más propia de un procesador de texto. Los combates entre las unidades se resuelven de acuerdo a una ecuación que toma en cuenta distintos factores, como tecnología, terreno, liderazgo, experiencia, moral y un pequeño porcentaje aleatorio. Ésta ecuación es distinta a la del antiguo UMS y ahora se puede cambiar la importancia de cada factor. Desgraciadamente no se ha reproducido en ninguna forma el editor de ejércitos, terrenos y batallas del primer UMS, con lo cual la posibilidad de variar la ecuación se pierde como elemento de edición.
Pero el UMS II a diferencia de su predecesor, no es un simulador de batalla, y encontrarán que la escala de los mapas es mucho mayor. De hecho es mucho más un simulador de campaña, donde nos enfrentamos a más de un enemigo. El juego incluye barcos, actitudes diplomáticas, puntos especiales (como ciudades, puertos, etc), suministros, producción y reclutamiento. Por lo que el juego adquiere aspectos de la administración de un imperio, donde podemos mejorar las fortificaciones de una ciudad, ampliar un puerto, reclutar más tropas o invertir para obtener más puntos de producción y reclutamiento para el próximo turno. Hay muchas formas no militares de vencer o ser derrotado, por ejemplo, si se recluta un gran ejército dejando muy pocos puntos de producción para el próximo turno, seremos derrotas. La inteligencia artificial tuvo que ser modificada para estos nuevos aspectos del juego, ahora la inteligencia artificial se le pueden establecer prioridades como la tendencia construir unidades de mar o tierra, ya no encontraremos el simple pero efectivo atacar por el flanco derecho del UMS.
La marina, nada creativo ni innovador, son los mismos carteles para marcar las unidades en el agua. Sobre los suministros, ya que no se puede decir nada bueno, no se diga nada.
¿Sonido? No, gracias. Colores, del blanco y negro a gráficos de ega y cga, son la verdadera improvisación del UMS II. En el resultado global, el viejo UMS era un juego más que aceptable tanto más si se es amante del juego ya que fue uno de los primeros simuladores de batalla, pero el UMS II es solamente para los amantes de los juegos de guerra y no merece más que duramente otorgado 2, pero podría ser menos.