Download Storm Master

Storm Master fue publicado por la compañía francesa Silmarils en el lejano 1992. Es básicamente una mezcla de estrategia y acción con un toque aventurero y un ambiente de fantasía; su originalidad proviene de ser uno de los primeros juegos que combinaba estos géneros (poseyendo incluso un modo de batalla semi 3D).

La trama
Juegas como el Gran Maestro, el benévolo gobernante de Eolia, una tierra donde la economía, vida y ocio se basan en la gran cantidad de viento que sopla durante todo el año. Como el benévolo gobernante que eres, que piensa que ser asesinado en el baño mientras lee una Playboy no es el objetivo de su vida, debes hacer próspero tu reino y, obviamente más importante, pasar a sangre y fuego la vecina tierra de Sharkaania. Al menos, esto es lo que prometiste en la campaña electoral.

Visitando Eolia
Eolia es una encantadora isla del mundo de Urgaa, rodeada por el mar de Goorza y caracterizada por sus grandes llanuras, altas montañas e inmensos bosques. Al este se encuentra Sharkaania, una isla gemela con las mismas características. Eolia tiene una extensión de unos 500 km2, y tiene una población de 50.000 personas. La capital de Eolia es Eolootil; las seis ciudades más importantes (por no mencionar que son las únicas) son Voolgatil, Xhuultil, Djooltil, Ozaatil, Wiirtil y la ciudad isla de Silmaatil. La moneda nacional es el kaa y el año se divide en seis meses: Noor, Taaz, Duun, Yool, Hiig y Kaax. El gobernante del reino es el iluminado Gran Maestro, escogido por el Consejo de los Siete.

Relaciones internacionales
Los eolianos odian a los sharkaanianos, lo cual es recíproco. La ira entre estos dos países es tan antigua que nadie recuerda cómo se inició. Un sharkaaniano no puede ver a un eoliano sin escupir en su ojo izquierdo, y un eoliano no visita un hogar sharkaaniano a no ser que quiera quemarlo. Sin embargo existen otras naciones en Urgaa, que desean comerciar contigo y te piden ayuda militar.

El Consejo de los Siete
El Consejo de los Siete se compone de siete (¡Oh!) altos ministros de Eolia, cada uno de ellos experto en un asunto particular. Leonaardo es el ministro de ciencia y técnica, responsable de la educación y del diseño y construcción de las máquinas de guerra. El Payaso es el ministro de ocio y entretenimiento, el fulano que entretiene a la gente montando circos y ferias por todo el reino. El Administrador es el ministro de comercio, cuya labor es cuidar los tratados económicos con otros reinos, la bolsa y el cobro de impuestos. El Maestro Molinero es el ministro de agricultura, responsable del cultivo de trigo y la cría de las asombrosas abejas gigantes de Eolia, los sqizz y los broomfs, criaturas del estilo de las vacas, solo que más gordas, peludas e increíblemente pestilentes (de ahí el dicho “eres un gordo broomf”) Y sí, para ser fiel a su nombre, está a cargo de los molinos del reino. :) El Clérigo es la mayor autoridad religiosa. Ya que la religión de Eolia se debe a los dioses del viento, el Clérigo convoca vientos y maneja templos y masas (que se representan para ganar vientos). El rito de la Masa es bastante complicado y se describe en la guía. El Comandante es la cabeza de tus ejércitos; a través de él debes organizar tus fuerzas de acuerdo a liberar un infierno sobre Sharkaania. Reclutar, entrenar y asaltar son el pan suyo de cada día. El Inquisidor es el sombrío tipo a cargo del terror y la sospecha. Él es el ojo del Gran Maestro que vigila los pensamientos del ciudadano, sin mencionar que controla a un puñado de asesinos de alquiler. A través del servicio de estos hombres podrás acortar el número de los miembros del Consejo de los Siete de Sharkaania. :) Dos funcionarios menores atienden las reuniones del consejo: tu consejero personal, Raagardo (cuyo trabajo es realizar informes detallados del estatus de tu reino) y el escriba de la corte (que guarda tu juego siempre que quieres).

Las características que más disfruté fueron el diseño y la comprobación de los navíos de batalla, así como el rito de Masas, que es bastante difícil de completar de una forma decente. El juego puede ser bastante difícil al principio, pero una vez que te hagas con el tranquillo, lo disfrutarás. Las batallas aéreas pueden ser muy rápidas o eternas; depende de los ejércitos. El sonido es un punto débil: es bastante pobre, por no decir inexistente. Además, es bastante difícil mantener a los eolianos contentos, ¡ya que esos perezosos bastardos te llaman “maldito dictador” sólo porque cobras impuestos todos los días!

En conjunto este juego es muy bueno, y no puedo hacer otra cosa que recomendarlo. ¡Dos pulgares arriba!