Tanto antes como ahora, te puede ocurrir que te coloques enfrente de un juego tan simple, tan puro que pide a gritos tu atención. PC–Man es uno de esos juegos. A pesar de su clasificación de clon, PC–Man hace lo que casi ningún juego había hecho hasta entonces, es mejor que el juego original.
Me puedes preguntar por qué un juego cuyo tamaño es menor que este comentario recibe un perfecto cinco. Es simple. PC–Man hace todo lo que un juego necesita hacer, es decir, divertir; es tan sorprendentemente divertido que te hace volver una y otra vez. La premisa del juego no puede ser más absurda, y todo el mundo la conoce. Tú eres una criatura de forma circular que solo tiene un propósito en la vida, y éste es consumir pequeños puntos de forma cuadrada mientras eres perseguido por fantasmas que, por alguna razón, escogen embrujar un laberinto mal diseñado. Tú, como Pac–Man (o PC–Man en este caso), te mueves intentando evitar a los fantasmas y consumiendo tantas bolas como puedas; una vez que consigues recogerlas todas, eres el ganador. Suena sencillo, pero existen ciertos giros en este argumento, como que los fantasmas son más rápidos que tú, así que, ¿qué haces? Devorar las bolas más grandes que harán que los fantasmas parpadeen durante un rato y entonces sean comestibles; pero incluso si devoras los fantasmas, pronto regresarán, y eso es todo.
Sonido… Mmm… Vale, si estabas esperando una orquesta que compusiera una banda sonora monumental para este juego tus esperanzas van a ser aplastadas de la misma forma que le ocurre a muchas cucarachas en la cocina de tu madre. Lo máximo que obtendrás es una especie de música pegajosa en la pantalla principal y además unos cuantos “beeps” cuando devoras las bolas. ¡Pero espera! ¡Hay más! Cuando te comes los fantasmas o las bolas grandes, el sonido cambia. ¡Es mágico! No solo eso, además existe una pequeña melodía divertida ¡que suena cuando mueres! ¿Cómo puedes pedir más?
Ahora no voy a hablar de los gráficos. No puedes esperar que un juego tan viejo tenga un atractivo visual en lo absoluto, así que no lo busques. Sorprendentemente, yo disfruté con los gráficos ya que, a diferencia de lo que ocurría con la mayoría del resto de los juegos con gráficos CGA, mis retinas no se quemaban, ni mis ojos se salían de sus órbitas, y si puedo jugar algo antiguo sin que me duelan los ojos, entonces es lo suficientemente bueno para mi.
Así que ahora te estarás preguntando acerca de qué hacer. Si has llegado hasta aquí, entonces estás interesado. ¡Juégalo! Si miraste las pantallas de muestra y leíste lo que tenía que decir, dale una oportunidad al juego. Te aseguro que, al menos, hallarás una pequeña satisfacción. En general, nunca habría esperado un juego mejor que PC–Man, no ya que no había tenido tanta adicción desde el Pac-Man original.