Nota técnica: inicia el juego mediante el archivo ejecutable “Start”.
Fox Ranger es un matamarcianos de desplazamiento lateral. Con esta frase se puede resumir el juego. Realmente nunca he visto un juego como este, incapaz de aportar algo original y que se diluye a la vez que lo juegas y se convierte en algo de usar y tirar. Fox Ranger es como cualquier otro matamarcianos: gran presentación, sonido fantástico, buena música, dificultad, jefes atractivos, mejoras y enemigos incontables.
Verás, la primera vez que lo ejecutes, Fox Ranger parece muy bueno para su época: los gráficos son agradables y dinámicos; los efectos de las armas fantásticos; las explosiones, geniales, y hay muchos enemigos a la vez en la pantalla. Pero (y esto es lo extraño) los gráficos van en contra del desarrollo del juego: cuando disparas, tus brillantes balas se confunden con las del enemigo, lo que hace que sean difíciles de esquivar; las cosas empeoran cuando consigues las mejoras, ya que las armas sólo llenan más la pantalla, convirtiendo en casi imposible la esquiva de proyectiles enemigos. Mientras que esto podría ser un simple balance mecánico (cuanto más fuerte eres es más fácil alcanzarte), no creo que fuera éste el objetivo de los programadores.
Cuando hablo de las mejoras y los enemigos, son increíblemente genéricos: los enemigos son naves espaciales triangulares, sondas y pequeñas naves suicidas que van hacia ti. Gracias a Dios existen desviaciones de esta fórmula, ya que a veces te encontrarás con meteoritos en las misiones a cielo abierto o misiles sin rumbo fijo lanzados desde la parte trasera de la pantalla. Pero en general no verás muchas novedades. Cuando hablamos de las armas, al principio te parecerán bien, pero hay una pequeña línea de mejoras. Puedes obtener alguna torreta de apoyo, un láser intenso o una nube de proyectiles que va en todas las direcciones, pero es siempre lo mismo. Dicho esto, vamos allá con la dificultad.
Este juego te engaña y te miente: el primer nivel es RIDÍCULAMENTE fácil, pero una vez que llegas al segundo parece que se pulsan ciertos resortes y se hace increíblemente difícil, con casi ningún hueco en la pantalla para esquivar, aunque el jefe parezca un enclenque. Definitivamente hay problemas con el balance, pero el juego es una experiencia dulce. Disparar es bastante divertido y, a pesar de las dificultades que te encuentras, el juego te empuja a seguir adelante. Conseguir mejoras y hacerse cada vez más fuerte es otro impulso, al igual que la cantidad casi infinita de enemigos. El desarrollo del juego tiene sus fallos, pero es bastante agradable.
El sonido es asombroso, con voces reales anunciando los niveles y todo eso. Las pistas musicales son memorables y atractivas, las naves explotan con grandeza y aparatosidad y las mejoras satisfacen cada vez que las consigues. No sólo eso, sino que el sonido está bien juntado. A la vez que juegas por los niveles, la música, armas y todos los sonidos se fusionan, y la sensación del juego es intensa. Éste es un perfecto ejemplo de subir la adrenalina mediante el sonido. Apoyo firmemente a este juego en todo lo concerniente al sonido.
Así que, ¿deberías jugar a Fox Ranger o no? La verdadera pregunta es: ¿te gustan los matamarcianos? ¿Te gustan los matamarcianos con desplazamiento? Si es así, pruébalo y encontrarás diversión. Pero si estás buscando algo original y nuevas dinámicas en lo concerniente al desarrollo de juegos, busca en otra parte. Fox Ranger es soso, pero al menos es algo entretenido.