Este juego se basa en las extremadamente populares aventuras de Robin Hood. Sin embargo, para todos aquellos que no esten familiarizados con la historia de este espectacular arquero y bandido, aquí va un resumen:
1. El Sheriff de Nottingham te expulsa de tu Castillo.
2. Organizas una banda de alegres camaradas.
3. Ganas popularidad robando a los ricos y dando a los pobres.
4. Eres declarado proscrito
5. Cortejas a Lady Marian.
6. Regresas al castillo y arruinas / matas al Sheriff ¡Hurra!
7. No, este juego no se basa en ninguna de las películas hechas (especialmente no en la protagonizada por Kevin Costner).
Robin Hood comienza con una entretenida introducción en la que Robin es expulsado de su castillo. Tomas el control de un enfurruñado Robin en el exterior de las puertas (realmente es bastante divertido). Esto da la impresión de que Robin no es el individuo más gregario o competente, a pesar de lo que dice la leyenda. Tu trabajo es guiar a Robin en su intento de retomar el control de su castillo. No controlas a Robin de forma tan directa como lo que implicaría el pulsar sobre el lugar donde quieres ir o la acción que quieres ejecutar y que Robin lo haga; a veces no ocurren las cosas exactamente como te gustaría. Por ejemplo, en el rescate de Will Scarlet debes disparar a sus captores con tu arco. Graba tu juego antes de disparar, ya que es probable que dispares a Will en vez de a los guardias... Lo siento, Will. Esto es algo irritante, pero va muy bien con el sentimiento que proporciona el resto del juego.
Se juega con vista isométrica 3/4 como la usada en Populous, Power Monger y algunos otros juegos del tipo simulador divino. De hecho, el juego tiene un regusto a este tipo de juegos. Te sientes más como si estuvieras guiando a Robin a la victoria que como si realmente FUERAS Robin. Los gráficos son un poco pequeños, pero bien hechos (piensa en un Art of War más verde). Todos los personajes principales se identifican fácilmente e instantáneamente adorables (realmente son desagradables). Existen varias imágenes estáticas que ambientan ciertos acontecimientos (como el cambio de estaciones) que son muy buenas. Al fin y al cabo, Robin Hood hace un buen trabajo en el campo visual.
El sonido cumple, pero no es asombroso. El arco hace un pequeño “thwip” cuando lo disparas, la puerta del castillo traquetea cuando sube y baja, las trompetas suenan cuando los heraldos hacen avisos, las campanas de la iglesia doblan, etc. Eso es todo, realmente: no hay una banda sonora con sonidos industriales de Trent Reznor (no hay banda sonora, en realidad), no se escucha el chasquido de las escopetas al cargarlas, no se escucha el ruido que hace la gente cuando corre y grita mientras disparas... ¡Vaya! ¡Lo siento! Quake invadió mi cerebro durante un momento.
En conjunto, Robin Hood es un juego divertido con un punto de humor que te mantendrá enganchado. Existen unos momentos en los que no es obvio lo que hay que hacer y acabas vagabundeando un rato sin hacer nada, pero esto no ocurre con frecuencia, y nunca es un problema (siempre puedes practicar con tu arco en una diana si te aburres o estás totalmente atascado). ¡Disfruta el juego!