...Cuando el puente levadizo colapsa dentro del foso, solo puedes esperar que exista otra salida - en algún lugar más allá de la oscura entrada del castillo. Pero no esperes que el dueño del Castillo Ralf te muestre el camino. El Dr. Bellefleur Q. Izgotcha III inventa puzzles fenomenales para frustrar y tantalizar a las mejores mentes, y, ya que el castillo es su taller, una miríada de obstáculos bloquean la salida, incluyendo un hámster acróbata, algunos caimanes encarcelados, y un chihuahua poco amistoso. Para escapar con vida del Castillo Ralf, deberás aprender como funciona el castillo mismo, y algunos de los más sorprendentes inventos del Dr. Izgotcha. ¿Puedes vencer los pronósticos, caimanes, y puzzles para salir?
Lanzado como shareware allá en 1987 por Doug Clutter y Steve Vance, Castle Ralf es una aventura de texto estándar - también conocida como ficción interactiva – que es buena tanto para novatos del género como para aventureros experimentados. Una cosa que lo hace resaltar de entre todas las demás aventuras de texto existentes es que puedes utilizar una interfaz con menú (bastante innovador para su época) ubicado al pie de la pantalla, en lugar de la típica casilla para texto. Esto significa que en todo momento puedes ver una lista de verbos usables, cosa que redime un poco a esta aventura falta de gracia. Otra cualidad es que este juego posee un sistema básico de mapeo automático! Tus alrededores se muestran en la esquina inferior derecha y se actualizan constantemente a medida que exploras.
Castle Ralf es un explora-calabozos básico y, debido en gran parte a (lo que intenta pasar por) humor y puzzles genuinamente difíciles que tratan con asuntos tales como pizza quemada, ciclotrones portátiles, y pócimas de amor para caimanes, es adecuadamente divertido. La mayoría de puzzles son bastante difíciles, pero no de una manera injusta o irracional que te haga arrancarte los pelos de la cabeza.
La trama no es la razón por la que estarás jugando este juego. Son los puzzles tras puzzles tras puzzles. Yo no categorizaría a este juego como ficción interactiva. Es más bien como una versión de 1987 de los juegos de puzzles que ahora se producen en Flash e involucran poco más que flechas direccionales y la barra espaciadora.
No hay nada especialmente sobresaliente en Castle Ralf excepto por el menú con la lista de verbos y el sistema de auto-mapa, pero los puzzles son bastante divertidos y dan satisfacción cuando consigues descifrarlos.