Los Zeppelines fueron una increíble invención. Como probablemente sabrás, fueron inmensas naves voladoras que se emplearon mayormente en el transporte de pasajeros a principios del siglo XX. Su destino fue finalmente sellado por el desastre del Hindenburg, inevitable desde el punto de vista moderno, que conllevó a la desaparición de los Zeppelines. El hecho de que fueran usados por los alemanes en algunas incursiones en la Primera y Segunda Guerra Mundial para dejar caer cargas menos que deseadas, no ayudo en nada a su popularidad, aunque el efecto causado fue psicológico más que otra cosa.
Bueno, suficiente parloteo ya que probablemente sabrás muy bien lo que son estas cosas; sin embargo tengo que escribir algo acerca del juego y el juego en sí inspira muy poco. La idea básica es que tú estableces rutas para tus naves para maximizar las ganancias, diseñas nuevas naves y haces tanto dinero como sea posible. Mientras que esto resulta interesante y divertido en juegos como Transport Tycoon, Zeppelin se siente, sin jugar con las palabras, plano. Tus naves se lanzan a volar y todo es bastante tranquilo. No suceden muchas cosas la mayor parte del tiempo y tomar decisiones como dónde comprar el gas y el combustible es casi todo lo dinámica que la cosa llega a ser. Las decisiones a las que debes arribar pueden hacer o deshacer tu negocio de vuelos y si bien esto puede ser realista, parece un poco duro que una simple decisión mala puede arruinarte completamente. Quizá solo soy un poquito imprudente para estar en el negocio de los Zeppelines. Podría haber jurado que esa tormenta iba a pasar.
Pero no todo es malo. Si te gustan las simulaciones de administración, Zeppelin puede llegar a agradarte. Definitivamente es un juego muy auténtico y presentado de forma muy agradable. Establecer una buena ruta de trabajo y observar el dinero entrar por montones es siempre una buena diversión de una forma que es difícil definirla, es bastante relajante jugarlo. La presentación es agradable y hay cantidad de información histórica de trasfondo que recibes a través de los periódicos y el telégrafo. El problema es que a pesar de la forma en que el juego es presentado, todo en tono sepia, no es tan excitante para el jugador promedio.
Un consejo final: si has sido desbancado en simulaciones fáciles como Theme Park o parecidas, prepárate para un rudo despertar. Zeppelin es difícil, no te desalienta contra invertir imprudentemente ni te advierte que los cargamentos negociados que han partido no tienen chance de ser completados en tu menos que impresionante bolsa de gas flotante. Este es un juego donde necesitas ser perspicaz en los negocios para hacer que las cosas funcionen y esta es tal vez una de las causas por las que el atractivo del juego es limitado. Sin embargo, para los que tienen la habilidad de enfrascarse en simulaciones de negocios realistas, el juego no pone fin al realismo y la toma de decisiones importantes.
Rumores sobre un mini-juego de Led Zeppelin donde corres a través de un laberinto recogiendo drogas fuertes, haciendo negocios con Satán y grabando en vinilo alguna de la mejor música de todos los tiempos, son lastimosamente falsos.