Con el lanzamiento de Warlords, la compañía Strategic Studies Group (SSG) consiguió estar a la altura de su nombre. A este juego podría llamársele el abuelo de la estrategia por turnos. Está ambientado en la tierra de fantasía de Illuria, con ocho jugadores luchando por la dominación del reino. La meta es sencilla: vencer a todos tus oponentes para convertirte en el único gobernante de la tierra. Hay diferentes razas, como humanos, elfos, enanos, orcos, y demás, todas típicas de un juego clásico de fantasía. Algunos de los elementos son incluso reminiscentes de la Tierra Media, de la cual los programadores probablemente tomaron prestada una idea o dos, aún cuando no haya ningún hobbit... Warlords puede jugarse con hasta ocho jugadores humanos o computarizados en cuatro niveles de dificultad.
Al inicio del juego controlas una única ciudad, donde puedes construir tropas y enviarlas a conquistar más territorio. Mientras que la mayoría de las ciudades pueden construir unidades estándar como infantería liviana y pesada, algunos lugares pueden reclutar mejores tropas, lo que las hace extremadamente valiosas. Estas unidades de fantasía usualmente son más fuertes y veloces que las regulares, o tienen habilidades especiales. Sin embargo, las unidades más importantes del juego son los héroes. Estos no pueden ser sencillamente construidos, ellos solo emergen de vez en cuando en una de tus ciudades. Estas unidades especiales pueden explorar ruinas y templos que se encuentran dispersos por todo el mapa. Cuando resultan victoriosos pueden obtener fuerza o algún artefacto. Como recompensa, algunas veces puedes incluso recibir unidades míticas como dragones, que son capaces de volar y llevar a otras unidades junto a ellos. Los héroes son cruciales para tu éxito, especialmente en las etapas más avanzadas del juego cuando han ganado algo de poder y, por lo tanto, debes protegerlos siempre con otras unidades.
El modelo de combate es bastante sencillo: cada unidad tiene un cierto valor de fuerza, que se suma a un lanzamiento de dados. En combate, la unidad más débil siempre ataca primero; los héroes al último. Hay varios factores que modifican el resultado de una batalla, ej.: bonos de territorio, modificaciones para los héroes, y artefactos o habilidades especiales. Cuando una ciudad es atacada, el defensor recibe un bono basado en la fuerza defensiva de las paredes de la ciudad. No obstante, parece haber un gran factor de azar en ello, ya que algunas veces incluso la infantería liviana es capaz de vencer a un oponente mucho más fuerte atrincherado en un lugar fortificado.
Si bien expandir tus fronteras es bastante sencillo durante los primeros turnos, ya que hay cantidad de ciudades neutrales con defensas débiles, se torna más y más difícil conquistar nuevas tierras a medida que progresa en el juego. Los jugadores de la computadora comprenden muy bien como defender sus ciudades más importantes. Lamentablemente, esto también nos conduce a los pormenores del juego, ya que la inteligencia de la computadora no es muy brillante en promedio. Esta miserable inteligencia combinada con el hecho de que solo existe un único mapa en el juego crean el problema: incluso en los niveles más elevados de dificultad, los jugadores de la computadora siempre siguen las mismas rutas y estrategias y se vuelven muy predecibles luego de algunas partidas. Sin embargo, probablemente te tomará un par de horas para llegar a este punto.
El juego se controla completamente con el ratón (o el teclado, si lo prefieres), y los controles son sencillos de entender. Puedes agrupar tus unidades moviéndolas en un montón y luego haciendo doble clic sobre este. Las unidades pueden obedecer órdenes tales como mejorar las defensas de la ciudad. Estas opciones se acceden mediante un menú desplegable que aparece en la parte superior de la pantalla. También hay algunas funcionalidades muy prácticas que hacen tu vida más fácil: puedes trasladar tu producción de una ciudad a otra, lo que te ahorra muchísimo tiempo, ya que puedes traer tus refuerzos hasta la frontera sin tener que moverlos manualmente alrededor del mapa. Adicionalmente, puedes asignarles el estátus de defensores, lo que significa que estas unidades se ignoran durante los turnos hasta que tú las reactives manualmente.
Desde un punto de vista técnico, Warlords es bastante básico, incluso para la época en que fue creado. No hay música y apenas unos cuantos efectos de sonido. Los gráficos son funcionales y podrían haber sido más detallados para mi gusto. Sin embargo, tienen una resolución de 640x400 pixeles, que está por encima del promedio en 1990. El juego funciona muy bien en DOSBox y con VDMSound. En DOSBox tuve que configurar los ciclos a un valor muy bajo para evitar que el sonido se entrecorte.
Por ser una referencia absoluta al género de estrategia, le doy a Warlords una calificación de 4, principalmente por sus gráficos y sonido simples, y la falta de más mapas. Su sucesor corrige estos problemas, pero esta parte es el verdadero clásico!
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