Keef the Thief - The Boy and His Lockpick es una mezcla entre juegos de aventura y de rol. Tú eres Keef, un huérfano que fue criado en una ciudad de la cual has sido exiliado por no tener ninguno de los talentos necesarios para una vida normal de fantasía (en otras palabras no podías ser ninguno de los personajes típicos de rol tales como guerrero, sacerdote o hechicero), excepto robar. Así que te convertiste en un ladrón y, sorprendentemente, no del tipo silencioso, sino guerrero. Empiezas tus aventuras en las puertas de la ciudad de Same Mercon, que se encuentra en medio de la jungla.
Las gráficas no son precisamente geniales, pero hacen su trabajo como cualquier gráfica VGA. La interfaz es simple: tienes botones al pie de la pantalla, como 'hablar', 'comprar', etc. Tienes una brújula en la esquina superior derecha para ayudarte a navegar por el juego. La barra blanca en la parte superior tiene dos botones: File y Keef. El primero es para salvar/cargar, activar/desactivar la música (importante!), etc. El segundo revela información del personaje y tiene un botón especial para dormir. Las peleas son algo interesantes: un pequeño cuadrado negro aparecerá en lugar de la imagen, con pixeles coloreados dentro. El blanco te representa a ti. Puedes desplazarte hacia adelante, atrás o girar a la izquierda o derecha con las teclas direccionales, y con la barra espaciadora atacas a tus enemigos. En "local map", hay un rectángulo donde puedes ver el área desde la perspectiva de Keef (la más falsa ilusión de entorno 3D que he visto, aunque era buena para 1989). También puedes ver cuantos puntos de salud tienes, y si mueres, bueno, es el fin. Puedes cambiar la dificultad de las peleas en el menú. Luego de cada pelea exitosa recibes una pequeña cantidad de dinero, que te hará MUCHA falta en este juego. En la ciudad de San Mercon, hablar, o más bien dicho, preguntar sobre cualquier cosa te costará dinero, así que ten cuidado con lo que haces! Puedes allanar las casas, pero las casas de ricos están llenas de trampas, mientras que las pobres están vacías, y hay guardias patrullando en las calles, así que ten cuidado.
La música es... molesta. Parace que el tipo que la creo estaba en drogas. Quizás sea adecuada para peleas cortas, pero escucharás las mismas tonadas una y otra vez desde la imagen de presentación hasta el final. Afortunadamente puedes apagarla. El sistema de combate es divertido, pero el juego en sí carece de mucho en otros aspectos, porque no puedes interactuar mucho con tus alrededores. Pero si te atoras siempre puedes recurrir al walkthrough.
Este juego se supone que debía ser una parodia, pero con excepción de unas pocas líneas "supuestamente divertidas" no esperes comedia verdadera. Me hizo recordar al juego Eric the Unready. La trama es similar con su ridícula locura medieval, pero Keef the Thief no es tan divertido, por varias razones. Aunque resulta bueno para esas tardes lluviosas, y no es nada tortuoso de jugar. Le doy un 3.